Nuestra historia
Nacimos con una misión transformadora: garantizar que cada niño y adolescente con autismo o necesidades de salud mental en Chile reciba atención oportuna, de calidad y sin importar dónde viva. Inspirados por la historia de Renato, creamos un modelo que conecta familias con profesionales especializados, acercando la ayuda a quienes más la necesitan.
Antes de fundar RASMA, nuestras impulsoras conocieron de cerca las barreras geográficas, económicas y de información que impiden acceder a un diagnóstico y tratamiento oportuno.
Reconociendo la urgencia de una solución, establecimos RASMA como una fundación dedicada a integrar atención, intervención y seguimiento, llevando esperanza y apoyo a comunidades de todo el país.
“La salud mental no debe depender de dónde vives.”
Bárbara Adriazola
Directora de RASMA
La pasión por ayudar no nació de un día para otro. Nació de la necesidad de un cambio real.
En la Fundación RASMA, no partimos de un plan de negocios, sino de una experiencia de vida. Con la convicción de que cada niño y adolescente merece una oportunidad para brillar, nos propusimos cerrar una brecha que se hacía cada vez más grande. Una brecha entre quienes necesitan apoyo y quienes pueden brindarlo.
Vimos a familias que no sabían dónde buscar. Vimos a niños que esperaban meses por un diagnóstico. Vimos un sistema de salud que, en ocasiones, no daba abasto. Y vimos a un Renato.
Y fue la historia de Renato y la de muchas familias más lo que nos impulsó a actuar. Entendimos que no bastaba con soñar con un futuro más inclusivo; había que construirlo.
Hoy, Fundación Renato Aguirre para la Salud Mental y el Trastorno del Espectro Autista es ese puente. Somos la mano amiga para las familias, el refugio para quienes se sienten incomprendidos, y el faro que guía a quienes buscan una luz al final del camino. No somos solo una fundación, somos una comunidad unida por un propósito: hacer de la salud mental y el bienestar una realidad accesible para todos, sin importar dónde se encuentren.
Porque en la vida, a veces las mayores fortalezas no son las que nacen de un plan, sino las que nacen del corazón.
EL EQUIPO
Movidos por una pasión que nace del corazón.
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