Mitos y realidades sobre el autismo: una guía con foco en Chile

Mitos y realidades del autismo (TEA) con evidencia: vacunas, diagnóstico, apoyos efectivos y derechos en Chile, explicado con lenguaje claro y respetuoso.

Artículo escrito por

John Smith

Mitos y realidades sobre el autismo: una guía clara, con evidencia y foco en Chile

El autismo (TEA) es un tema donde abundan las creencias erróneas. Este artículo ordena lo esencial —con fuentes actuales y confiables— para que familias, escuelas y equipos de salud tomen decisiones informadas.

Cómo leer esta guía

  • Usamos un lenguaje respetuoso y claro. Muchas personas autistas prefieren lenguaje identitario (“persona autista”) y otras lenguaje centrado en la persona (“persona con autismo”). Lo mejor es preguntar la preferencia individual; encuestas recientes muestran una preferencia mayoritaria por el lenguaje identitario entre adultos autistas, pero no es universal. (Autistic Self Advocacy Network, PMC)

  • El marco chileno promueve la inclusión educativa: el Decreto 83/2015 impulsa la diversificación de la enseñanza y ajustes curriculares; el DS 170 regula la evaluación y apoyos; la Ley 21.545 (Ley TEA, 2023) exige adecuaciones para garantizar derechos durante todo el ciclo vital. (Educación Especial)

12 mitos (y la evidencia que los desmonta)

1) “Las vacunas causan autismo.”

Falso. Estudios poblacionales con cientos de miles de niños no encuentran asociación entre la vacuna triple vírica (MMR) y el autismo. El trabajo danés de 2019 con >650.000 niños lo reafirmó; lo mismo hallazgos previos del NEJM (2002). La evidencia es consistente. (acpjournals.org, PubMed, New England Journal of Medicine)

Si un contenido promete “curar” el autismo o sugiere evitar vacunas, desconfía: la FDA ha advertido sobre productos peligrosos (p. ej., “MMS/ClO₂”) comercializados con falsas promesas. (U.S. Food and Drug Administration)

2) “El autismo es raro.”

Falso. En EE. UU., el CDC reportó que 1 de cada 31 niños/as de 8 años fue identificado con TEA en 2022 (publicado en 2025). Las cifras varían por método y lugar, pero el mensaje es claro: no es infrecuente. (Centros de Control y Prevención de Enfermedades)

3) “El autismo se debe a una ‘mala crianza’.”

Falso. No hay evidencia que vincule estilos parentales como causa. Organismos y entidades especializadas lo desmienten de forma explícita. (autism.org.uk, nhs.uk)

4) “El autismo se cura.”

Falso. El autismo es condición del neurodesarrollo y de por vida. Hay apoyos e intervenciones eficaces para habilidades y bienestar, pero no “cura”. Evita terapias sin respaldo y “tratamientos milagro”: no son efectivos y pueden ser riesgosos. (NHS inform, Centros de Control y Prevención de Enfermedades, U.S. Food and Drug Administration)

5) “Las personas autistas no tienen empatía.”

Más complejo. La investigación habla de un “problema de doble empatía”: parte de las dificultades sociales surgen de desencuentros bidireccionales entre estilos comunicativos autistas y no autistas, no de ausencia de empatía. Hay estudios que muestran comunicación especialmente efectiva entre pares autistas. (Kent Academic Repository, Edimburgo Investigación)

6) “Autismo = discapacidad intelectual.”

No necesariamente. El funcionamiento intelectual varía ampliamente: en vigilancia del CDC, cerca de un tercio de niños con TEA (con dato disponible) presenta discapacidad intelectual; muchos están en rango promedio o superior. La OMS subraya esa variabilidad. (Centros de Control y Prevención de Enfermedades, Organización Mundial de la Salud)

7) “El autismo afecta casi solo a niños; en niñas es rarísimo.”

Falso y engañoso. Las niñas/mujeres pueden estar subdiagnosticadas por perfiles menos visibles y camuflaje social, con costos en salud mental. Hay literatura específica sobre fenotipo femenino y masking. (SpringerLink, ScienceDirect)

8) “Las pantallas causan autismo.”

No está demostrado. Hay estudios observacionales con asociaciones entre exposición temprana a pantallas y rasgos TEA, pero al ajustar por sesgos de publicación la asociación pierde significancia; correlación no implica causalidad. Buenas prácticas (sueño, juego activo, interacción) son preferibles, pero evitar pantallas no previene TEA. (PMC)

9) “La mayoría de personas autistas son ‘sabias’ o prodigios.”

No. El savantismo es infrecuente. Revisiones clásicas estiman alrededor de 1 en 10 personas autistas con alguna habilidad savant (estimación debatida y dependiente de definiciones); los savant prodigio son extremadamente raros. (PMC)

10) “Las personas autistas son peligrosas o violentas.”

Falso y estigmatizante. La evidencia apunta más bien a mayor riesgo de victimización (acoso, violencia) en población autista que a mayor perpetración. Evitemos generalizaciones dañinas y enfoquemos apoyos para seguridad, comunicación y regulación sensorial. (PubMed)

11) “El autismo es solo infantil; de adulto ‘se pasa’.”

Falso. El autismo es de por vida; cambian apoyos y contextos. La OMS y entidades especializadas lo describen como condición del neurodesarrollo con inicio temprano y curso persistente. (Organización Mundial de la Salud)

12) “La inclusión escolar no es posible en Chile.”

Sí es posible (y exigible). El Decreto 83/2015 promueve DUA y ajustes curriculares; el DS 170 sistematiza evaluación y apoyos; la Ley 21.545 obliga a instituciones públicas y privadas a adecuar políticas para garantizar derechos de personas autistas. (Educación Especial)

Qué sí dice la evidencia sobre causas y apoyos

Etiología: multicausal y compleja

La ciencia actual apunta a interacción genes–ambiente: alta heredabilidad con factores prenatales en estudio (edad parental, complicaciones perinatales, infecciones, exposición a ciertos fármacos, etc.). Importante: nada de esto implica que exista una causa única ni simple, y las vacunas no forman parte de los factores de riesgo. (PMC, BioMed Central, Psychiatrist.com)

Diagnóstico y características

El diagnóstico clínico se basa en DSM-5/ICD-11: diferencias persistentes en comunicación social y comportamientos/intereses restringidos o repetitivos, con inicio temprano y repercusión funcional. (Centros de Control y Prevención de Enfermedades)

Intervenciones con evidencia

Para habilidades comunicativas, académicas y de autonomía, existen prácticas basadas en evidencia (p. ej., refuerzo, modelado, enseñanza naturalista, AAC, apoyos visuales, entrenamiento en habilidades sociales), sintetizadas por el NCAEP (2020). Evita gastar tiempo/dinero en métodos sin respaldo. (NCAEP, PMC)

Lenguaje y trato respetuoso (mini-guía práctica)

  • Pregunta la preferencia: “¿Prefieres ‘persona autista’ o ‘persona con autismo’?”. La literatura muestra preferencias diversas; respetarlas importa. (PMC)

  • Evita: “padece/sufre de…”, “normal”. Prefiere: “neurotípico/a”, “apoyos”, “ajustes razonables”.

  • Escucha y adapta: el doble empaquetamiento de empatía sugiere que ambas partes necesitamos ajustar expectativas y modos de comunicación. (Kent Academic Repository)

Chile: claves rápidas para colegios y familias

  • Planificación con DUA y apoyos visuales (Decreto 83) y coordinación con PIE (DS 170). (Educación Especial)

  • Adecuaciones razonables obligatorias para remover barreras (Ley 21.545). (Educación Especial)

  • Trabajo con metas medibles y prácticas con evidencia (NCAEP). (NCAEP)

Fuentes confiables para seguir aprendiendo

En síntesis

El autismo no es una enfermedad ni un problema que “se cure”, y no lo causan las vacunas ni la crianza. Es un modo de ser y procesar el mundo que requiere apoyos y ajustes para florecer en casa, la escuela y la comunidad. Cuando dudemos, volvamos a la evidencia y preguntemos a la persona autista qué necesita. Esa combinación —ciencia + voz propia— es la mejor brújula. (Centros de Control y Prevención de Enfermedades)

Artículo escrito por

John Smith

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